jueves, 19 de noviembre de 2015

Contenido N° 5.   EL MECANORRECEPTOR:    La Piel

Estructura de la Piel:  La piel es el sentido del tacto, es decir, un receptor mecánico. La función de la piel es la de proteger al cuerpo, el tacto nos permite tener noción sobre el tamaño, consistencia, forma, caracteres de la superficie, etc. de un objeto.

Capas   de  la  Piel
a)     La Epidermis:  Es la capa externa de la piel; en la superior se encuentra en contacto directo con el medio exterior o externo, está formada por células muertas que constantemente se desprenden y son sustituidas continuamente por las células proveniente de la parte interior de la epidermis, donde se encuentran los pigmentos que le dan a la piel su coloración particular.
b)     La Dermis:  Es la capa más interna de la piel, su grosor es mucho mayor que el de la epidermis. Es muy rica en vasos sanguíneos y presenta numerosas terminaciones nerviosas. También presenta glándulas sudoríparas, glándulas sebáceas y músculos elevadores de los pelos. En su parte más profunda presenta abundantes células adiposas.

Los Corpúsculos Táctiles:  Son unos abultamientos nerviosos que permiten percibir las sensaciones.
a)      Corpúsculo de Meissner: permite sentir texturas y formas.
b)      Disco de Merkel: permite sentir texturas y formas, el contacto ligero.
c)       Corpúsculo de Paccini: permite captar las sensaciones de peso y presión de los objetos del ambiente.  
d)     Corpúsculo de Krause: permite sentir variaciones de temperaturas inferiores a la temperatura corporal. (Frío)
e)      Corpúsculo de Ruffini: permite sentir variaciones de temperaturas superiores a la temperatura corporal. (calor)

Terminaciones Nerviosas Libres:  Son filamentos nerviosos que se ramifican sin llegar a formar ningún tipo de corpúsculo, sirven para apreciar las sensaciones de dolor. Son muy importantes porque permiten detectar si ocurren lesiones en el cuerpo y así actuar oportunamente.

Fisiología del Tacto

      La función del tacto comienza cuando el “estímulo” que son las diferentes informaciones del ambiente (frio, calor, texturas, formas, pesos, presión, entre otros)  excita a los “receptores” de la piel (corpúsculos y terminaciones nerviosas libres) y se produce el “impulso nervioso” que lleva la información por los nervios táctiles, y la conduce a la médula, luego al tálamo y a la corteza cerebral para transformarse en sensaciones táctiles. 



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